Iñaki Urricelqui
2012
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Fermín Alvira: el encanto de lo cotidiano
Fermín Alvira (Pamplona, 1972) es un artista completo que, a partir de una sólida formación académica, ha sabido desarrollar un lenguaje propio, de orientación figurativa, cimentado en un dominio del dibujo y del color con el que lleva al soporte pictórico detalles de cercana e íntima cotidianidad.
Sin embargo, la obra de Alvira va más allá del asunto representado ya que lejos de someterse a las exigencias de éste, plantea novedosas y atractivas perspectivas de análisis mediante la síntesis de forma y concepto.
Su obra no es por lo tanto estrictamente formal o conceptual. Lo representado, tanto desde el punto de vista del icono elegido como del modo de mostrarlo, sirve para ahondar en determinados conceptos, generalmente vitales y, en algunas ocasiones, abstractos.
La obra de Alvira posee un claro transfondo antropológico. En ella es el ser humano el que, en su cotidianidad, centra la atención de su trabajo, al igual que sus espacios de vivencia, habitados o transformados por él. En ocasiones, los personajes son reconocibles, verdaderos retratos –campo en el que este autor destaca-, pero en muchos otros casos hay un afán por remarcar su anonimato o por ofrecernos la oportunidad de identificarnos con ellos.
No es difícil ponerse en el lugar de esas figuras que se sientan a observar, que pasean por la ciudad o que se relacionan en diversos ámbitos. La obra de Alvira es cercana a la vez que íntima y es fácil que nos sintamos próximos a algunos de sus trabajos. Quizá sea este el principal mérito de su producción.